jueves, 28 de noviembre de 2013

" AYUDA A PROGRESAR A TU HIJO: TENIENDO EN CUENTA HEMISFERIO DERECHO Y HEMISFERIO CEREBRO IZQUIERDO"

En la anterior publicación de la obra de Siegel (Ser padres teniendo en cuenta el cerebro), hablabamos de la importancia de tener en cuenta los hemisferios para hacer posible la integración de ambos y no limitarnos como padres a sobrevivir a los acontecimientos estresantes, que se dan con nuestros pequeños y de esta forma ayudar a integralos.
El hemisferio izquierdo es lógico, linguistico, lineal mientras que el cerebro derecho es no verbal, los sentimientos del corazón nos vienen del cerebro derecho, es emocional.
En el desarrollo de niños muy pequeños predomina el hemisferio derecho sobre todo hasta los tres años, aún no dominan la capacidad de emplear la lógicay las palabras para expresar sus sentimientos y viven totalmente en el presente: por eso de pronto nuestro niño de dos años es capaz de dejarlo todo, subirse a un banco y quedarse absorto con el autobús azul que pasa delante de él, sin importarles en absoluto si llegan tarde a algún lugar. Pero cuando un niño empieza a preguntar ¿por qué?, sabemos que su cerebro izquierdo está empezando a activarse, porque a nuestro cerebro izquierdo le gusta expresar esa lógica con el lenguaje.

Para llevar una vida equilibrada es importante que nuestros hemisferios estén conectados, de esta forma nuestro hijos valorarán tanto la lógica como sus emociones. Emplear un solo lado del cerebro, sería como intentar andar con una sóla pierna.., si sólo usaramos el cerebro derecho nos sentiríamos en un aluvión emocional, pero tampoco queremos usar exclusivamente el cerebro izquierdo porque nos encontraríamos en un desierto emocional.
No solamente los aluviones emocionales causan problemas a nuestros hijos, también un desierto emocional dónde se pasan por alto o se niegan los sentimientos.

Queremos que nuestros hijos vayan más allá del mero hecho de superar momentos difícile, queremos que se enfrenten a sus problemas y aprendan y crezcan con ellos, cuando negamos todas nuestras emociones y las de nuestros pequeños y nos retiramos al lado izquierdo de nuestro cerebro podemos volvernos demasiado literales perdiendo el sentido de la perspectiva y su significado.
Cuando no logramos procesar nuestras emociones en nuestro cerebro derecho e integrarlas con la lógica de nuestro cerebro izquierdo, no aprenderemos de nuestras experiencias y los niños se comportarán de forma caótica.

Estrategias para la integración de ambos hemisferios: basado en la obra de Siegel

Ayuda a tu hijo a integrar los dos lados del cerebro:

  • Estrategia 1: Conecta y redirige


1º conectar con el lado derecho: estamos acostrumbrados a resolver los problemas usando las palabras y la lógica, pero cuando tu hijo de tres años se coge un berrinche porque no puede jugar con la pelota que se ha encajado en un árbol, probablemente este no es el mejor momento  para darle una lección lógica porque la emoción se ha apoderado de él.En lugar de eso, podemos aprovechar esas oportunidades para saber que el empleo de la lógica no es nuestro principal vehículo para introducir cordura en la conversación. Es necesario tener en cuenta que por muy absurdo que nos parezcan los sentimientos de nuestros niños ellos los perciben como reales e importantes. Tenemos que utilizar nuestro cerebro derecho para conectar con su cerebro derecho. Por ejemplo, ante cierto berrinche de nuestro niño podemos reconocer su sentimientos y apelar a su cerebro emocional, podemos usar señales no verbales como el contacto físico, expresiones faciales, tono maternal y escuchar sin juzgar. Empleamos nuestro cerebro derecho para conectarnos con el cerebro derecho de nuestro hijo, esta síntonía lado derecho- lado derecho ayuda a alcanzar un estado más integrado y es este momento en el que podemos apelar al lado izquierdo y ayudar a integrarlos
 
 

2º Redirigir con el lado izquierdo:



Una vez conectado con el cerebro derecho: emocional, es más fácil conectar con su cerebro izquierdo y tratar los problemas de forma racional.
NO estamos diciendo que "conectar y redirigir" siempre de resultado, al fin y al cabo a veces un niño a ido tan lejos que no se puede dar marcha atrás y el niño está tan invadido emocionalmente que hay que dejar que pase el temporal. Tampoco se recomienda la permisividad o alargar los límites sólo porque un niño no piendsa de forma lógica sobre sus sentimientos y conductas. Las reglas relativa al respeto no deben tirarse por la borda sólo porque el cerebro izquierdo del niño esté desconectado. Cualquier conducta  que se considere inadecuada en la familia, debe seguir considerandose prohibida incluso en los momentos de emociones intensas. Puede que sea necesario interrumpir una conducta destructiva y apartar al niño de la situación antes de empezar a conectar y redirigir su conducta.






En próximas publicaciones emplearemos más estrategias basadas en el libro de Siegel y Tina Payne.
















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