jueves, 20 de febrero de 2014

LOS MIEDOS EN LOS BEBÉS: PRIMERAS REACCIONES DEL BEBÉ

Los miedos infantiles no son fáciles de explicar, antiguamente no resultaba sorprendente que los padres sin mala intención , jugaran con estos miedos para lograr que sus hijos obedecieran, con expresiones como "que viene el coco", "el lobo" etc.
Los métodos educativos han ido cambiando, muchos padres saben que no hay que asustar a los niños y sin embargo los miedos aparecen incluso en los niños más protegidos, los más cuidadosamente mantenidos fuera de amenazas.

El miedo es una emoción instintiva y natural que nos avisa de un peligro real o imaginado, tiene una función evolutiva, positiva y protectora ya que advierte de la presencia de un peligro, por eso en la mayoría de los niños aparecen miedos que tienden a desaparecer, dependen de la edad como los miedos más o menos fantásticos.

Los miedos infantiles están íntimamente relacionados con el estado de extrema dependencia que nace un niño, que le hace dependiente de la madre y del entorno, por eso van cambiando y desarrollándose con la edad a medida que el niño, va cubriendo las etapas de su desarrollo.

Las primeras reacciones del miedo de un bebé, son expresión del sentimiento de peligro que experimenta ante la pérdida de sustentación, ante cambios bruscos, ruidos inesperados y los expresan con llanto temblor, sobresaltos..


Muy pronto aparecen otros miedos como el temor a separarse de su madre o de sus figuras protectoras, son manifestaciones de la ansiedad de separación del temor a perder a unas figuras protectoras de las que dependen para su supervivencia.

El miedo a los extraños se manifiesta alrededor de los 6 meses y normalmente desaparece hacia el año y medio, forma parte del desarrollo afectivo y social y en el desarrollo del apego y puede ser un indicador de la diferenciación en la mente infantil para distinguir entre lo cercano y tranquilizador y lo desconocido y angustiante, son miedos útiles y funcionan como una señal de alerta en los niños para pedir ayuda.
Esta reacción de miedo a los extraños se manifiesta por la preferencia a sus figura de apego y reacciones de cautela, miedo e incluso rechazo ante los desconocidos. Estas reacciones ante los extraños son normales y dependen de: la presencia o ausencia de la figura de apego, familiaridad del lugar, familiaridad en la que se produce el encuentro (siendo preferible que sea en lugar conocido, que la persona le hable suavemente, en voz baja, sonriendo..).

Bibliografía: "los miedos infantiles en la literatura para niños" Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Miedos infantiles EP1 Zaragoza

En próximas publicaciones seguiremos con los miedos en la infancia.


A continuación un cuento sobre el miedo a la oscuridad de www.cuentosparadormir.com

Marina era una niña que tenía mucho miedo de la oscuridad. Al apagarse la luz, todas las cosas y sombras le parecían los más temibles monstruos. Y aunque sus papás le explicaban cada día con mucha paciencia que aquello no eran monstruos, y ella les entendía, no dejaba de sentir un miedo atroz.Un día recibieron en casa la visita de la tía Valeria. Era una mujer increíble, famosísima por su valentía y por haber hecho miles de viajes y vivido cientos de aventuras, de las que incluso habían hecho libros y películas. Marina, con ganas de vencer el miedo, le preguntó a su tía cómo era tan valiente, y si alguna vez había se había asustado.- Muchísimas veces, Marina. Recuerdo cuando era pequeña y tenía un miedo terrible a la oscuridad. No podía quedarme a oscuras ni un momento.La niña se emocionó muchísimo; ¿cómo era posible que alguien tan valiente pudiera haber tenido miedo a la oscuridad?- Te contaré un secreto, Marina. Quienes me ensañaron a ser valiente fueron unos niños ciegos. Ellos no pueden ver, así que si no hubieran descubierto el secreto de no tener miedo a la oscuridad, estarían siempre asustadísimos.- ¡Claro! su secreto es cambiar de ojos. Como ellos no pueden ver, sus ojos son sus manos. Lo único que tienes que hacer para vencer el miedo a la oscuridad es hacer como ellos, cerrar los ojos de la cara y usar los de las manos. Te propongo un trato: esta noche, cuando vayas a dormir y apagues la luz, si hay algo que te dé miedo cierra los ojos, levántete con cuidado, y trata de ver qué es lo que te daba miedo con los ojos de tus manos... y mañana me cuentas cómo es el miedo.- ¡Es verdad! -dijo Marina, muy interesada- ¿me cuentas ese secreto?Marina aceptó, algo preocupada. Sabía que tendría que ser valiente para cerrar los ojos y tocar aquello que le asustaba, pero estaba dispuesta a probarlo, porque ya era muy mayor, así que no protestó ni un pelín cuando sus padres la acostaron, y ella misma apagó la luz. Al poco rato, sintió miedo de una de las sombras en la habitación, y haciendo caso del consejo de la tía Valeria, cerró los ojos de la cara y abrió los de las manos, y con mucho valor fue a tocar aquella sombra misteriosa...A la mañana siguiente, Marina llegó corriendo a la cocina, con una gran sonrisa, y cantando. "¡el miedo es blandito y suave!... ¡es mi osito de peluche!"


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